Flores de este día
Esas reuniones con algunos martinis tibios, pasadas las dos de la mañana, decidiendo el destino con elegancia, con un enturash de tipos vivos, aunque católicos. Gente irlandesa, que sabía de botellas escondidas, en rincones enormes con maderas bien lustradas e informes escritos en tinta negra que ahora se pueden leer un poco tachados. Esos días de principios de los sesenta volvieron ahora (mismo) a la mente en blanco, cuando leo la restauración de cierta racionalidad, con mucho turnout hispafricano, un golpe en la nuca al donki, ese cobói que no se puede describir con palabras. Quizá: pienso de nuevo en los que lo rodean a este ignorante tejano, gente que le ha dicho cosas al oído que él repitió sin chistar. Nada de mentiras, sólo enrulados de psicopatía con pobre lenguaje. Ahora, para que vuelva a visitar mi segunda ciudad, allá un poco al norte del pacífico, donde están algunos amigos y amores, hay que tumbar también al austríaco, de paso, junto con donki kong. ¿Impeachment, alguien?
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1 comentario:
me encanta todo, este, y el otro...
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