Octubre (mes de cambios)

..."ya llegó la fiesta, del aburrimiento, y no existe nada que uno pueda hacer, sin molestar, Y es octubre quien manda en la calle, son los cambios que deben llegar." Entonces, el autor flaco, rey de la canción antes que la reina, dicta el ánimo del fin de un mes que tuvo, en la historia, más principios que fines. Personales, del largo amor: políticos, del cuerpo esquivo. Terminan los días y empieza el agua a moverse. Por eso, la foto del lago de thays en el parque de mendoza donde empezó a terminarse la calma, preciosa...

Donde los magos se quedan despiertos

El viernes a la noche, vimos como salían y a los diez segundos se cortaba la luz. Con el telón cerrado, un público que estaba en frecuencia cromática similar, remeras de manga larga para abrazar mejor. Al ratito volvieron. Hace mucho que no ocurría, una pequeña fiesta de himnos hacia los cuerpos felices, encantados. Eran los muchachos de La Plata y Junín, con el hermano Escofet y el amigo Tucán, compañero de andanzas en la facultad de otra argentina. Mientras tanto, días que llegaron en un soplido denso, fértil, con lluvias y galletas de lino. Por suerte, el regalo en un libro levanta el ánimo de la noche negra, iluminado por un velador sin mampara, entre los crujidos de la radio am que cruzan tu voz, apenas mezquina, irisada: curiosa.

El amor, alguna parte

En el momento en que ellos dos deciden que van a romper sus compromisos afectivos para lanzarse al abismo, todo explota. La belleza de Julie Christie que conmueve hasta el dolor, el clima de sanfrancisco en ese mismo verano, todo entrecortado, empieza, avanza, la madurez de una forma de la juventud. Richard Lester, claro. La película se llama Petulia, algunas tardes la vi y otras quise verla, el contexto potente en imagen de aquello que pasaba. Parece que seguimos en la saga bitlista, anochece en día agitado: no se por qué en este calor porteño que subleva. Ayer estuve en un jardín, ahora mismo hablando sobre la industria discográfica que tiene como ganas de desaparecer así, como niño sin rienda, mientras seguimos preparando, con ahínco y delicadeza, el debut de nuestro querido visitante ilustre que ya volvió para sus pagos a seguir grabando la banda de sonido de un país muy muy raro, que sorprende, anima, esconde y nos deja en la esquina con un vaso de vodca brasilero apenas efervescente.

Blue Jay


Necesitamos ver un solo programa de televisión en dvd (además de six fit, que lo vemos), aquel que alegró las tardes de la infancia y los gin and tonic de las gradas en paladium. Una película que abre las sonrisas, celebra la amistad cuando ya estaba quebrada entre los cuatro, y apenas tiene una edición berretona que no se consigue. Claro. Magical Mystery Tour, con todos sus extras, por Apple, ya mismo, señores, deposítenla entre nuestros dedos. Ahora además, la música vibrante en animada charla, arropados en el bosque y las palabras, de donde vengo reciencito. Entre pizzas y cumple y niños porvenir. Cálido abrazo al Comandante que hoy veintidós de octubre dirige la vista hacia esta humilde morada, luego de otro encuentro para la memoria. Aquí, siempre en la frente (de batalla) y escuchando atentamente los versos y las notas. Como cada noche, encriptada o de llanura, en cualquier pampa digna y con la copa lista para brindar.

Volviste

Responder durante todos estos días largos sobre por qué ser (todavía, siempre) peronista no es difícil, como ateo y de river. Tampoco el bochorno de ezeiza-sub, con los chicos peliando para después asumir al jefe en el triunfo electoral, que tampoco el martes pudo aterrizar y fue desviado: de nuevo el punto era quién maneja la seguridad, esta noche gullo, sin brazalete, explicando sentado razones varias. Don Antonio hablaba de tranquilidad. ¿Dónde radica lo nuevo, dónde lo exasperante? Era el fin del fin, la supuesta última voluntad, y los cables de la mañana, sin música, contaban la lista de oradores que no fue. No hagamos de esto una Unión Democrática, gorda con cruces explica con pausas y citas del segundo testamento, no seamos gorilas (yeah, vos lo dijiste). Ayer a la madrugada, la que nació unos meses después de semana santa ochentisiete (ese fin de semana que pasamos en santa fe, escuchando rivadavia a doce voltios), la princesa pura de la armadura blanda, me dio respuestas, con palabras graves y velocidad. Nos fuimos a dormir mucho más despiertos.

Royals

La suerte dio la vuelta en esa esquina amarga, entre todo lo que no dijimos, en el eterno bajorrelieve de los solteros celos, y saliste con toda tu furia engalanada, como una presencia que no quise invocar pero ya lo había hecho. Una letra más del abecedario en esas estrellas que se ordenan, para barrer todo lo que pasó con palabras rápidas y sonrisas, tan de ahora, en el cordón de la vereda de tu cuarto alfombrado: decías y decías verdadecitas en bolsos de mano, y que llames resultó lo mejor, es cierto, el despeje de la gente que se traba y no camina, mientras yo caminaba por la avenida. Después todos ahí arriba y de vuelta a la noche de la galia furiosa del kir royale, lola con su vaso de agua en otra lengua, del diseño industrial super convencida de dejar a su grupo para venir, sin dudas, en la seguridad del día que ya empieza, llegué, estoy de nuevo entero.

De luz y de fuego

Una mesa que a los costados tenía dos franjas para que los vasos caigan, pero no: jarras de mojito, cerveza andes con sabores de frutas en el fondo, un festival de cine y la tapa de la b.s.o. de "la discoteca del amor" en la pared. Así, con Nekro y Gori completo, de punta a punta, terminaba la noche en kasa babylon quedándonos dormidos o yéndonos. Godoy Cruz, unas cuadras más allá, no es mendoza, casi. En el día, con fruición, espalda recta y la mente limpia (como en gijón, como en madryn) camino sin paciencia todas las plazas y alamedas y mis pies se cuidan de acequias que llevan a la perdición. A las doce y media, unos minutos antes según el guardia, estaba ya con su manto azul la bandera del ejército del "otro" general: también iba a dormir la siesta, en una sala de la casa de gobierno. Barrosluco que trajeron aquella visita allá la cordillera, todas ellas con los ojos pintados de día y de noche, una fábrica de aceites de olivas con su dueño judío que entonó algunos chants con israelíes que no podían creerlo, roble y más roble francés de hace dos siglos al lado de las piletas de malbec. Volvieron los sueños, de escapadas, camas dobles y buzos con capucha. Hacia el enooorme parque san martín, me toca a mí cargar los dos libros. El sol, atrás, con la música y los cables.


















Gracias, Virginia & Julio.

Vibra Vendimia

Terminé el sector, entre ambos tomos, de la biografía de Federico en que revisa los prodigios de esa chica fuerte, endeble en sus vestidos, ominosa y agria, sufrida, en el destemple de salir con el hombre que remenda los zapatos. Son las vecinas la voz que vale, ese mozo enamorado. La obra está muy plisada ya, tiene un poco de caucho, la hago rebotar y creo que encontré algunas claves de la puesta. Terminé el diálogo inerte con las chicas que no interesan y llaman cada día para extender sus propias alegrías, no me interesa participar, dejo el juego a los menos caballeros y mejor entrenados en la escucha. Terminé, por decreto, con todas ella y la libertad es una sola, por suerte, camino a la tierra donde la amplitud térmica, y la modulada, hacen crecer uvas y acuarios, trenes larguísimos que en otras décadas llegaban repletos a la avenida juan b justo con carriles solitarios, y hectolitros. Sin varietales, con mezclas, sin nombres, con aromas únicos como el sountrac "...y después me cuenta". Allá viajamos, de la mano, sin rastros de barro en tus botas. Para comenzar, todo.

Durmiendo en su casa, los jeanes en el suelo

Los dedos más afilados en el borde de niceto vega, donde volví a mover los ánimos con la selección musical, a través del cansancio y el gin and tonic. Igual algunos mashaps y la presencia emotécnica del mago insuflaron energía a una fiesta que terminó en la calle, comiendo sanwich de queso y tomate, en un brindis absoluto por el nuevo aire purísimo y oro que obliga a fumadores meterse el humo en los bolsillos, wow. Salir de la criptología para avanzar en terrenos más llanos no trae ninguna voz de calma, ni las referencias externas, ni siquiera la música. De todas formas, el amigo poeta de junín riega los jardines bastante, y no paro de escuchar cifrados mensajes allí, pintados en marcadores, sin retorcer: guardo en los bolsillos/lo que queda de armonía/y los ciclos del amor/de las novias mal perdidas. El domingo a la tarde triunfamos, con el honor de regreso, dos horas de gloria con sesenta y cinco mil personas. Faltaba Ariel Arnaldo, que no necesita guardar el vaso para siempre, por supuesto. Sólo un día a la semana.

Te dedico mis...

Sandro se quejó luego de la piratería que reproduce copias sin control por parte de las empresas grabadoras y los artistas; dijo haber advertido el peligro "cuando aparecieron los grabadores de doble casetera". Pues claro, Roberto, volviste como esa tarde entre los hierros de tu oficina, que nos contaste con delicadeza la vida en tecnicolor. El punto no tiene fuga, y el mercado terminó antes del soporte. En la transición plena, todo vale. Además, voy a escribir de nuevo esta, y cobrar doble... Volvemos a lo mismo, compañeros borrachines de escenario obligando a verdaderos autores para que los anoten en lavalle por falsos renglones que jamás podrían haber ni imaginado. Estaba todo ordenado, para que el espacio solo los trastoque, rotulados con una 2 km azul. Esos cientos de k7 de uno de mis hermanos mayores, donde aprendí todo. Se sostenían frenéticos, el jazz pausado con algo del sello disc-jockey reproducido del vinilo, en otro de ciento veinte tal vez vendiendo inglaterra por una libra ocupaba un lado y el b veinte caras bonitas. Tiempo artesanal de pedir, guardar, volcar, devolverle a una chica el disco de su tío, antes de irse a europa. Destiempo preadolescente, el nuestro en el cuarto de al lado con todas las cintas en la silla, atrás de las obras completas de lion trosqui, con tortícolis y jugo. Para mañana, el mejor mixtape clandestino, aunque hacerlo lleve cuatro segundos y la CBS reedite a Sánchez sin remasterizar, nadie le pague a la viuda de Anderle y pensemos en álbumes, siempre. Nunca en canciones.

Esquina

Escribí una canción en honor a esas noches en el garage argentino que se llama "la mesa de las primas", espera su música pronto, y claro que tiene estribillo. El termo que me trajeron de tierra familiar santafesina es una maravilla de acero y precisión. Allá está la humedad, aquí volver a reportear como tantas otras veces, la pregunta que aparece cuando la respuesta está en torbellino, después. Igual recorrimos la historia que sucedía en paralelo mientras esperábamos que pase en las heras y callao, con los ojos bien abiertos, tomando duc de saint remy. Ahora, algunos de aquellos mezclan las perillas de los discos de mañana, otros ordenamos los rayos que pasan por los tubos, y como siempre hay demasiadas abogadas. Ah, vos, sonreí mientras te tapo con la manta de las estrellas.

Para que aparezcas












Julio, te esperamos. Y el jueves cinco, en la plaza de mi barrio, vos ligás. Es hora, no?