Volviste

Responder durante todos estos días largos sobre por qué ser (todavía, siempre) peronista no es difícil, como ateo y de river. Tampoco el bochorno de ezeiza-sub, con los chicos peliando para después asumir al jefe en el triunfo electoral, que tampoco el martes pudo aterrizar y fue desviado: de nuevo el punto era quién maneja la seguridad, esta noche gullo, sin brazalete, explicando sentado razones varias. Don Antonio hablaba de tranquilidad. ¿Dónde radica lo nuevo, dónde lo exasperante? Era el fin del fin, la supuesta última voluntad, y los cables de la mañana, sin música, contaban la lista de oradores que no fue. No hagamos de esto una Unión Democrática, gorda con cruces explica con pausas y citas del segundo testamento, no seamos gorilas (yeah, vos lo dijiste). Ayer a la madrugada, la que nació unos meses después de semana santa ochentisiete (ese fin de semana que pasamos en santa fe, escuchando rivadavia a doce voltios), la princesa pura de la armadura blanda, me dio respuestas, con palabras graves y velocidad. Nos fuimos a dormir mucho más despiertos.

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