Vibra Vendimia
Terminé el sector, entre ambos tomos, de la biografía de Federico en que revisa los prodigios de esa chica fuerte, endeble en sus vestidos, ominosa y agria, sufrida, en el destemple de salir con el hombre que remenda los zapatos. Son las vecinas la voz que vale, ese mozo enamorado. La obra está muy plisada ya, tiene un poco de caucho, la hago rebotar y creo que encontré algunas claves de la puesta. Terminé el diálogo inerte con las chicas que no interesan y llaman cada día para extender sus propias alegrías, no me interesa participar, dejo el juego a los menos caballeros y mejor entrenados en la escucha. Terminé, por decreto, con todas ella y la libertad es una sola, por suerte, camino a la tierra donde la amplitud térmica, y la modulada, hacen crecer uvas y acuarios, trenes larguísimos que en otras décadas llegaban repletos a la avenida juan b justo con carriles solitarios, y hectolitros. Sin varietales, con mezclas, sin nombres, con aromas únicos como el sountrac "...y después me cuenta". Allá viajamos, de la mano, sin rastros de barro en tus botas. Para comenzar, todo.
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