Te dedico mis...
Sandro se quejó luego de la piratería que reproduce copias sin control por parte de las empresas grabadoras y los artistas; dijo haber advertido el peligro "cuando aparecieron los grabadores de doble casetera". Pues claro, Roberto, volviste como esa tarde entre los hierros de tu oficina, que nos contaste con delicadeza la vida en tecnicolor. El punto no tiene fuga, y el mercado terminó antes del soporte. En la transición plena, todo vale. Además, voy a escribir de nuevo esta, y cobrar doble... Volvemos a lo mismo, compañeros borrachines de escenario obligando a verdaderos autores para que los anoten en lavalle por falsos renglones que jamás podrían haber ni imaginado. Estaba todo ordenado, para que el espacio solo los trastoque, rotulados con una 2 km azul. Esos cientos de k7 de uno de mis hermanos mayores, donde aprendí todo. Se sostenían frenéticos, el jazz pausado con algo del sello disc-jockey reproducido del vinilo, en otro de ciento veinte tal vez vendiendo inglaterra por una libra ocupaba un lado y el b veinte caras bonitas. Tiempo artesanal de pedir, guardar, volcar, devolverle a una chica el disco de su tío, antes de irse a europa. Destiempo preadolescente, el nuestro en el cuarto de al lado con todas las cintas en la silla, atrás de las obras completas de lion trosqui, con tortícolis y jugo. Para mañana, el mejor mixtape clandestino, aunque hacerlo lleve cuatro segundos y la CBS reedite a Sánchez sin remasterizar, nadie le pague a la viuda de Anderle y pensemos en álbumes, siempre. Nunca en canciones.
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