Tu nombre me acorralaba
Así es como el ciclo se cierra: con la misma intensidad con que empezó. Los pequeños cambios de baldosa, reacomodados, dan la dirección. Salir del subsuelo para encontrar pequeña luz en ese departamento de siempre, con la prenda campera puesta, arriba en las alturas del botánico. Ahora sí, en esta cocinita veo la luz que indica el olvido, el sonido seco del chau. Está buenísimo que el clavo de madera haya expulsado al de metal, y acá mismo vea mis especias preferidas, como un principio conocido y uh, genial, de coriandro, que en mi casa falta. Si la primera letra se fugó de la memoria hay una explicación. Un pedacito, claro, de la menor. Se me olvidó que...
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