La ciencia del sueño

Cuando tengas que despertar temprano, vas a dormir bien, en hora. Nunca sospeché la menor certeza en esas palabras que escuché durante largo tiempo. Igualmente me pedían que me sentara bien y hasta hoy estiro todo el cuerpo hasta que me doy cuenta y rebobino incorporando el respaldo a la posición. El ritmo alocado del día trae sus conjuros, por supuesto, aunque el centro (otro mundo del otro lado de la avenida ancha) sea menos familiar y más tropical, repleto. Dormí, un poco más, que otros también lo intentan. Días de traslados y carpetas, con la birome en la mano intentando descifrar mi letra, un bolso cruzado, jugos de naranja fríos, ese chau que todavía resuena, aros de cebolla y de mostaza, una canción perfecta y tan española como la guerra de hace setenta años, fotos allá donde todo empezó y tu voz uhhhhh tiritando ¿dónde? ¿en el "contestador"?

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