con los ojos cerrados lo podemos conversar

Volví. Antes de irme, con el bolso de la única manera posible, el bollo. La luz en una de las fases se había cortado y allá sigue, con el brillo catódico vaciando la casa, o la heladera. Vos saliste de esa institución, con el brío encadenado, y sonás mejor. Como esa vez que compré un anillo de plástico y un estiquer, lo traje de regreso del mar hacia callao y no sonreíste demasiado. Desde atrás llega un poco la luciérnaga, pero no alcanza para iluminar toda la casa, mañana dijeron que venían a arreglarla, ya va a ser tarde, de día cuando todo se puede ver. Me acuerdo lo plástica, visitada o fulgurante que puede ser esa horita, son prints algo poco desprolijos, igual los prefiero: un esnapshot tiene que ser perfecto, sino vamos con los muchachos que saben hacerlo bien y delicado, para el marco, o el cuadro, tendría que cambiarlo. Quizá las cosas más importantes se dicen y todo a media, como este segundo, que cantan los grillos dormidos en la sombra del patio.

1 comentario:

Agustín S. A. dijo...

llego hasta aquí desde un puerto lejano madrileño, me trajo una ola calamariana desde su blog. un saludo desde tan lejos. los mejores deseos para el año que se avecina. abrazos

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