Os ontem, todos

El pasado reciente como una píldora. Ahora los haribo, españoles como mi insistencia con ella en los minutos y los segundos, se van acomodando: son más duros y tienen un poco menos de sabor pero ya sabemos que la península será siempre mejor que prusia. Releo la charla de la despedida, larga y atómica, doy el consejo de los anónimos: no llamar es como un programa de doce pasos cumplidos. Al día siguiente, cuando la conversación se vuelve insípida, doy vuelta una página que también guarda a esa píldora y a otra del pasado remoto y pego un salto, en la renovación. Por la noche: todo brilla colgado entre zafiros, bajo el árbol que ilumina desde el patio, tu voz que trae las sonrisas y los abrazos. Es sin dudas y por suerte el amanhã, limpio, de música contada, donde habita el recuerdo, pero de playas nuevas. Por suerte. ¿Una noche cualquiera/como la primavera?

1 comentario:

Delirante dijo...

Los recuerdos atan, a veces eso nos juega a favor, otras veces en contra. Ver el lado medio lleno, o verlo medio vacío. Uno opta por una de las dos.

Desde mañana todas las noches serán de primavera, pero ninguna como esa, si lo fue.

Saludos :)!