No te interesaban los planes perfectos

Tienes razón, tienes caballos de mártires, besos ocultos y tu soledad, que se escribe en silencio, es mi soledad. Y tienes, amor, la ropa naranja, la boca pequeña, los ojos dorados que saben mirar donde hay que mirar. Cada vez que amanece es un viernes, la calle despierta entre rumores, coches y farolas. Yo te escucho en silencio y te toco la boca. Y tienes razón con lo de ir despeinada, te miro, te busco, me asomo y me queman las manos, me queman las manos. Y tienes, amor, los planes perfectos, aire despistado y un trozo de cielo escondido en el cuenco de tu corazón. No me importan los días inciertos, en el horizonte dibujas estrellas, manzanas y notas. Por la puerta caliente me invitas a entrar. Cada vez que amanece es un viernes, la calle despierta entre rumores, coches y farolas. Yo te escucho en silencio y te toco la boca.No me importan los días inciertos, en el horizonte dibujas estrellas, manzanas y notas. Por la puerta caliente me invitas a entrar.

2 comentarios:

p.d. alvarez dijo...

desear que cada vez que amanece sea en viernes es casi tan maravilloso como seguir esperando que el sol salga por el oeste.

algunos, todavía nos despertamos con esa esperanza.

Anónimo dijo...

me encanto