Fui con bombones a un piringundín
Ayer pensaba en las bondades de la cebada perlada, por la mañana, mientras discutía fervorosamente el tema. Recién viendo unas fotos de una casa maravillosa en Rocha, apareció uno de esos ads que sacan el contexto de aquello que exhibe cada email: generalmente su algoritmo es inteligente pero une no la densidad sino el desnivel. Esta vez hubo justicia, y lo que parecía un risoto de limón, era la forma de resolver un plato con la cebada de variedad "pearl" que no es en este caso un smartphone sino justamente aquella que a la mañana, motivó una discusión sin importancia: ahora la tiene, de repente. No importa qué día es hoy ni la letra que dice que ya no quiero esa fecha de febrero, sólo renovar la energía para meterse a preparar platos de invierno, en verano, dulce apenas que te saque el regusto del picante, y te lo dedique. Porque está claro que las mejores llamadas son las que se atienden, las citas que se cumplen, sin bicicletas ni vinos, a tiempo, justo, con el caldo necesario en seis o siete tazas.
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4 comentarios:
Una taza más y terminamos hartos. Cuéntame eso de la cebada perlada, anda...Un abrazo
me encantaria estar ahi en tu cenita (aunque reniegues de las CNTAS) que geniosos. CN
princess: allí es invierno, por eso podés armar la cebada remojandola apenas en agua, caliente, caldo, veinte minutos.
c: lo peor fue esa comida, lo mejor mucho mejor vino después, aún en la tensión. vos ves a kings of convenience y los documentales que yo quiero!
tambien es pearl la station mas importante de Dharma en el genial show Lost
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