como si soplara el viento hago tiritar los pastos

De regreso de esa noche en que partí con la compañía primera de mi otro hermano mayor y Diego J. Chomski, tortas de chocolate en un barrio del futuro, demasiado escrito: vuelvo al bajo encantador, a unos meses de abandonarlo, con tu compañía que apenas lo descubre intento que te fascine como a mí. La espiga de las estrellas en un eje donde el río está muy cerca, la política demasiado, el tren qué...nos..pasa, la avalancha de los foreigneros con sus bolsas henchidas, todo cerrado en el domingo metálico. Un barrio de verdad, quizá el único de la ciudad que no tiene niños ni perros en absoluto, imaginado en la sombra del palacio. Cuando te fuiste al otro extremo imaginé la llegada, con techos bajos a medio cambiar por la primavera del durloc que no nos gusta, en el sur, y la sensación clarísima fue ("llegué hasta el hall, llegué hasta el portal"), que el vértice de esta zona es un embudo para el dolor del agua, y desde arriba se ven otros mares menos próximos. Ah, el "evitismo" no va fuera del dispositivo, la comprensión de la mitad de la historia en los ojos de la mujer de los toldos extrapolada del hombre de lobos no corre, no existe, es fantasía no ya del relato democrático berretaico sino de pobres almas siempre confundidas, aún más en este siglo. Dije hombre, por no decir general, palabra que ontem fue desatribuida (en un trato de vos, jamás de ud. al cobarde benjamín, entonces sonaba fea), quizá mañana use teniente general para referir al cuerpo presente en san vicente. ¿y el pasto, y retiro? Prendo la radio.

Mujer, vas a entender

Vos estabas en el resquicio del oído, diciéndome cerca de la ventana en la guerra eterna que igual te ibas a sentar al lado, que la canción era mejor así, que el tiempo no tenía por qué contar atrás de esa luz repentina, apenas que se chorrea tan alta, como vos, y si entendés mi geekismo me declaro enemigo de tus dudas, para llevarte (don't spoil my day, i´m miles away) con un triunfo en polvo de ladrillo... uh, quiero contarte que si actúo ankaind, soy yo y no mi cabeza, que confunde las cosas. No escucho a las demás, solo tu voz, sin zumbido.

No voy a pensar en nada más

Salir apenas, demasiado, en el sótano italiano surf con el socio rubín que me obsequió el inhallable antes pero recién editado lejos, que incluye la mejor canción del grupo, claro: aprender a respirar, excluida del primer albun, muy repetida en una cinta que llegó al pacífico y resume la sensación de ir desde neptunia hasta delfines viendo como diliar con el vacío del fin de la ilusión de la relación. Viernes chileno con javiera, remolino de los noventa entre la gente pero cálida espera enrollados luego, después de la lluvia, donde reinó la única paz. También, entre sueños, visité aquel lugar y era, uhh, parecido a lo que parecía en otro insomnio de largos cinco años. Los mosquitos suben, la primavera brilla en el perú, la risa extendía la sonrisa que se apagaba con la mañana, y me desperté.

When lit

En el setentiocho Bally lanzó un pinbol de Playboy, que jamás visitó estas costas según recuerdo, y parece exhibir púrpuras interesantes y chicas con ropa puesta. Reciencito, esta madrugada después del martes trece, estuvimos charlando sobre una forma de la revista, mucho the long tail, equilibrar gatismo con locas notas de extrañas maneras, reinas nacionales de verduras: cosas posibles, por supuesto. En tanto deejay, zas, periodista, que abandoné y sostengo pero bueno, todos cambiamos tantas veces y seguimos amando a las mismas que transforman el corazón, el desprejuicio entró acá, tierra de mudanza mosquito. Soft tan libre, DRM quebrado, audioboocs de 9 hs seguidas, una película contigo sobre perros, consolas portátiles, discos españoles, sensaciones que cruzan, insomnio, la voz de mi hermana en méjico, la de mi hermano sutil y mi hermano salvaje y mi hermano velociraptor, el deporte en la ciudad, uuuh. Además:como si fuera poco, volvió el diálogo con el pasado en california, después de diez larguísimos años, en varios idiomas. ¿Tanto junto ahora? Es el comienzo.......no más. Armadura de fuego en el mar del fin de semana anterior y el próximo, todavía sigue la noche y de día el trabajo, otras películas. (no te olvides/testigo casual/de tu soledá)

Letra, letra, y algo de música

En el infierno inflacionario, los vinilos de brasil o de pasta de otros mezclados con cartón tal vez y todo, unos casets de ale de un cajón, la herencia musical, y la radio de noche. Ahora orden y mudanza: los albuns están en pilas, y vienen dos noches agitadas como disc jockey, en belgrano y en el barrio, viajo para volver a tres cuadras de aquí y te recupero cambiando de parecer. Será que como nunca bailé prefiero hacer bailar: la noche del sábado de todas maneras será muchísimo canción española y ruidos que acompañan, palabras juntas, al borde del llanto y el vaso y una dedicada al querido santiago solari, camino a chamartín: nada mejor que vos, huligan coqueta del sueño merengue (ya lo dijo mi anfitrión/este año a eurovisión). Allí nos veremos, peces que quieren hacer las paces en el acuario de monterrey...